jueves, 12 de noviembre de 2009

¿De qué me hastío?

Querida Secre,
La más querida.
Me ha sacado del hastío de la tarde con su increíbe anécdota. El trabajo me gusta y estoy agradecida luego de tanto agotamento en la cúspide, pero no puedo evitar aburrirme. Después de unos días, en general todo me aburre.
Tal vez me aburre lo que sé que ya puedo controlar.
Pero ahí está usted, viviendo situaciones surrealistas, desde que nació.
Aunque se empeñe en deshacerse notar.
Es imposible, usted ahí está, para revolcarse al mundo. ¡Y que bien se vea!
En fin,
¿qué le parece un viernes, after office?

martes, 27 de octubre de 2009

Ayyy lindaaa!
Si hubiera sabido...

Una vez escuché que un amigo no es aquel que aparece cuando sabe que estás mal,
porque de esos en general aparecen en seguida,
aunque sea por compromiso,
por conciencia,
y demás.
Sino que es quien aparece cuando lo necesitás, aunque ninguno de los dos sepa bien por qué.
Lo mejor de todo, últimamente,
fue poder volver a encontrarnos.
Ni siquiera el sueldazo, ni el cambio laboral,
pudieron ganarte, hermosa.

Good night

miércoles, 21 de octubre de 2009

Lo que no te mata te fortalece

Y veo mi última carta...

Ahora, un loft de palermito...
constante desfile de modelitos,
talking english,
cool
trendy.
Trendy people...

No toco pito.

No soy de ningún lado.
Mi identidad está con vos, y tal vez dos personas más...


Miss you very much

miércoles, 16 de septiembre de 2009

RedWine

¿Viste que hay semanas
que te cambian la vida para siempre?
Una sola alcanza. Creo que el promedio son tres días. En tres días te puede cambiar la vida.
Como Mujer Bonita.
¿No fue ese el tiempo que te llevo enamorarte de Dadá, irte a vivir con él?
En una semana de pronto voy a dejar de vivir acá, me mudo, ya tengo visto a dónde, empiezo a trabajar en otro lado, con un montón de gente que ya tiene identidad, con reencuentros inesperados...
En tres días lees una novela que te parte la cabeza.
Te vas a Catamarca y te abre un mundo desconocido...
qué se yo.
La extraño Secre, ojalá podamos vernos.
Besos

sábado, 5 de septiembre de 2009

Especular

Coincido con lo que decís.
De alguna manera, por más estructuras que me rodean, creo que las tradiciones tampoco son lo mío.

Pero,
el tema no es ese.

Si uno las adopta porque es lo que le dijeron,
o si uno las rechaza porque es lo que le dijeron,
es la misma cosa.

Es una posición especular (1).
Lo que importa es lo otro, lo que no es eso.
La tercera posición;
lo propio.

viernes, 4 de septiembre de 2009

¿Por qué?

Anoche llegué muy tarde, pero leí tu post, y me quedé pensando en mi respuesta hasta quedarme dormida.
  • Hay gente que se casa por tradición, mandato familiar, porque no piensan en otra opción;
  • Hay gente que se casa porque necesita que los bendiga un tipo parado delante de ambos que se garantiza investidura de un poder divino, más allá de los hombres;
  • Hay gente que se casa como fundraising, para armarse el nuevo hogar;
  • Hay gente que se casa porque no puede estar solo, sin saber la enorme soledad que puede encerrar eso;
  • Hay gente que se casa por trámites, como obra social o ciudadanía;
  • Hay gente que se casa por impulso, porque no sabe cómo gritar su amor;
  • Hay gente que se casa para compartir con sus otros amores la felicidad enorme de estar enamorado.
La pregunta sería, la Secretaria, ¿por qué se casaría?
La adoro, 
Ppp

jueves, 3 de septiembre de 2009

Intranet

Querida Secre:
Con las palabras que usás para describir el suceso laboral, y sin más información por el momento, imagino que fue tu empleador masculino. ¿Hay algo que puedas haber hecho mal? No lo creo. Sinceramente.
Que las condiciones actuales no son ideales, sí, es posible. Pero vos estás haciendo lo que te encomendaron.
Además, seamos sinceras, en siete años has formado tu intranet de contactos, tenés un software de simpatía que no deja cabos sueltos, menos sargentos o coroneles. Estoy segura de que te hubieras enterado antes de segunda o tercera mano que te iban a informar algo, antes de que te encuetres en un despacho, despachada. No te preocupes tanto (me dirías a mí), tu sistema está limpio de virus.
Me alegro que hayan vuelto sanos de la excursión a San Isidro. ¿Te reconfortaría saber que algún día, serás mi dama de honor? Ahí sí que habrá encargos difíciles: elegir el vestido, acompañarme en cada detalle, avisarme que se me corrió el maquillaje...
Ah... sí. Soñemos con eso: instantes felices que duren para siempre.